domingo, 29 de agosto de 2021

 Noticia del 26 de agosto de 2021, publicada en el diario "El Correo":

Bilbao controlará al minuto los ruidos en Abando con 24 nuevos sonómetros

La medida responde a una petición de los vecinos del barrio y los datos podrán consultarse en tiempo real en la página web municipal.

El problema es que en Bilbao es imposible pasear por la ciudad, de día o noche, sin encontrarse con alguna de sus atronadoras barredoras, entre otros artilugios, así que miden el ruido que ellos mismos provocan y que no parece que vayan a solucionar.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Menos herbicidas y más ovejas para cortar la hierba de los parques de las ciudades

Roma estudia implantar una técnica se está poniendo de moda en Europa porque es barata, eficiente y garantiza la fertilización natural de las áreas verdes

Menos herbicidas y más ovejas para cortar la hierba de los parques de las ciudades

Esperanzadora noticia publicada en "La Vanguardia" en mayo de 2018

domingo, 28 de octubre de 2018

Banco contra el ruido

Mientras las barredoras siguen dale que te pego día y noche y un vecino tuvo que demandar al ayuntamiento para intentar dormir en su domicilio, el ayuntamiento coloca cerca de la Gran Vía:  

Un banco contra el ruido en BilbaoIgone García, de Tecnalia, y una transeúnte prueban el banco silencioso, instalado a solo unos metros de Gran Vía./Eva Molano

viernes, 8 de junio de 2012

Máquinas

MAQUINAS CON "LICENCIA RUIDOSA"

CEPILLADORA (¿A quien le gusta un paseo tranquilo por la ciudad?)

Soplador: Ideal para reventar la tranquilidad, tanto en ciudad como en el campo

Cortacéspedes: ¿No debieran llevar silenciador como los coches, motos, camiones...?


Licencia de Creative Commons

lunes, 28 de mayo de 2012

Adiós gorrión


"Adiós gorrión, adiós"

Este artículo, de Fernando González-Sitges, fue publicado en el dominical “XL Semanal” del 22 de enero de 2012.

“Si hay un ave que es sinónimo de población humana, eses es el gorrión. Es el pajarito que ve volar desde la parada del autobús, en el chiringuito donde se sienta a tomar el aperitivo, en los árboles y aceras de su ciudad. Ese del que nunca ha preguntado que es, es, un gorrión.

Desde el inicio de nuestras sociedades, el gorrión se ha unido al ser humano y ha llegado a formar parte de nuestros paisajes rurales. Estos pequeños pájaros, que son naturales del norte de África, Europa y Asia, nos siguieron en el largo camino de nuestro desarrollo desde el Neolítico y poblaron con nosotros nuestros pueblos y posteriormente nuestras ciudades. Son, para la mayoría de los que viven dentro de una gran urbe, la vida que anima el mundo del asfalto, el vidrio y el hormigón. O lo era hasta ahora.

Desde finales del siglo pasado, los gorriones están desapareciendo de nuestras ciudades. Los estudios realizados por la Real Sociedad para la Protección de las Aves en Londres dieron la alarma. En los jardines de Kensington, donde un censo de 1925 descubría una población de 2.603 gorriones, se repitió el recuento en el año 2000. Sólo se contabilizaron ocho ejemplares. Hoy se dan por desaparecidos en Londres. Otro tanto ha pasado en algunas capitales europeas. Y lo mismo está sucediendo en las grandes ciudades españolas.



Un estudio de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) del año pasado calcula que en la provincia de Madrid se pierden alrededor de 14.000 gorriones al año. Mientras las palomas crecen a un ritmo anual del 3%, nuestros pequeños compañeros desaparecen sin que nadie sepa con seguridad las razones. Los científicos apuntan varias posibilidades. Para algunos ha sido la pérdida progresiva de jardines y zonas verdes lo que ha provocado que durante el período de cría no encuentren suficiente alimento para sus polluelos. Otros echan la culpa a que los niveles de contaminación y ruido se han hecho insoportables para los pequeños pájaros. Polución, ruido, falta de espacio verde, competencia con las palomas y, más recientemente, con cotorras sudamericanas y africanas que están colonizando nuestras ciudades, incluso una arquitectura más funcional que les deja sin los refugios de antaño; probablemente todos son inconvenientes que se suman hata ser insoportables para los gorriones.

Mientras los científicos intentan probar las causas de esta pérdida creciente, deberíamos pensar que los animales suelen ser bioindicadores que señalan problemas que también señalan problemas que también pueden afectarnos a los seres humanos. Aunque sea por puro egoísmo debería preocuparnos un poco, además de la dichosa crisis que sufrimos todos, esta, más invisible, de los gorriones urbanos.”

lunes, 31 de octubre de 2011

Jardinería, limpieza y ruido

Si hay una actividad que ha pasado de ser agradable y respetuosa con el medio ambiente a insoportable ésa es la del mantenimiento de las zonas verdes y limpieza de las calles. Hasta hace pocos años se empleaban herramientas mecánicas, sin dispositivos a motor, Ahora no hay ayuntamiento que no contrate o haga uso de todo tipo de artilugios a motor: desde cortacéspedes (a escape libre, por supuesto) a sopladores, pasando por cepilladoras (sí, ésos monstruos que recorren aceras y calzadas aunque acabe de pasar el camión cisterna solando chorros de agua o aunque no haya ni rastro de suciedad porque lleva todo el día lloviendo) todo tipo de moto-cortadoras o moto - lo que sea. Todo motorizado, todo sin ningún tipo de respeto a la naturaleza, contaminando de forma innecesariamente estúpida y convirtiendo nuestros tranquilos pueblos y ciudades (los que todavía quedaban, que sí, los había) en lugares inhóspitos.


Además el asunto está cargado de una buena dosis de incoherencia, porque ¿qué sentido tiene exigir a coches, motos (¡já), etc, el uso de dispositivos silenciadores y en cambio permitir que otras máquinas compitan con los aviones en la guerra de los decibelios?


Y para remate, el ruido es una de las fuentes de contaminación más graves del mundo moderno e ignorar sus efectos sobre la salud es otro escándalo, como el ruido en sí mismo.

Licencia de Creative Commons